¿Aceite de oliva? Canarias, sin ir más lejos
- belingastro
- 9 abr 2016
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El I Concurso Oficial de Aceite de Oliva Virgen Extra Agrocanarias 2016 se celebrará el 16 de abril en el Auditorio de Agüimes (Gran Canaria), según anunció el director del Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (ICCA), José Díaz-Flores. Tengan en cuenta que el sábado por la mañana, paralelamente a la celebración del certamen, se ofrecerá en el Auditorio una degustación de vinos, quesos, mieles y aceites canarios.
Como este es el Reportaje de Fin de Semana, querría referirles los datos del certamen en la página de Facebook Con Cúrcuma por Francisco Belín y adentrarnos en el panorama del aceite en el Archipiélago.
Es indiscutible afirmar que los elementos que se enraízan fuertemente a la tierra tienen conferida con más evidencia la personalidad de la misma en sus cualidades organolépticas y particularidades sápidas. Olivos y cafetales adoptan en las Islas una clave de tipicidad advertida por los consumidores y con presencia paulatina en la restauración canaria.
Un conocido crítico gastronómico nacional, no hace mucho de esto, efectuaba una visita a un reconocido establecimiento del Sur de Tenerife. Para el oportuno aperitivo, le trajeron a la mesa los recipientes con sendos aceites de oliva elaborados en la zona: el gastrónomo asintió encantado cuando los probó.
En Gran Canaria, Tenerife y Fuerteventura ha ido creciendo paulatinamente el número de agricultores que apuestan por esta vertiente con expectativas de comercialización sólida de los aceites de oliva virgen extra con marchamo del Archipiélago.
A principios del pasado año, la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas celebraba una jornada sobre el aceite de oliva en Ingenio (Gran Canaria), una iniciativa para profundizar sobre la realidad del sector en las islas, revisar la normativa de aplicación y los controles a los que está sometida esta producción para respaldar elaboraciones generalmente caracterizadas por sus intensos aromas afrutados, gran equilibrio y armonía en picor y amargor.
Se pretendía contribuir a la mejora de la calidad del sector y propiciar así el desarrollo de una faceta agrícola y de consumo alimentario que en determinadas zonas de Canarias tenían históricamente larga tradición. Cabe destacar, como curiosidad, que el ingeniero militar e inventor Agustín de Betancourt y Molina, originario de Puerto de La Cruz, patentó en 1797 una prensa hidráulica que introdujo en las almazaras, permitiendo así traspasar el umbral artesanal del aceite de oliva.
Pese a tratarse el cultivo del olivo y la obtención del aceite de un tradición centenaria, predomina el escaso conocimiento entre la población, quizás porque a causa de varios factores la actividad decayó hasta quedar reducida a la de almazaras artesanales.
A ESTAS ALTURAS. Un número considerable de comensales y consumidores conocen el salto experimentado por el sector de nuestros vinos, pero indudablemente menos la “audacia” de extraer lo mejor de la aceituna en tierras de Arico, de Agüimes; en Gran Tarajal o en La Orotava. Otro dato o hecho irrefutables: Canarias y Asturias son las comunidades autónomas en las que más aceite de oliva se consume, según un estudio realizado por el Observatorio del Consumo y la Distribución Alimentaria.
Este sector está resurgiendo y no hay más que contemplar las filas de espléndidos olivos en fincas como la de Feudo Noble orotavense, que obtiene un excelente “oro líquido” de arbequina. El denominador común pasa por el empeño de la iniciativa particular de agricultores, que esperan un apoyo más decidido de las administraciones públicas.
En Gran Canaria, mencionar olivos y aceite es hacerlo de Temisas, un caserío y entorno que expresa la belleza de los olivares canarios. Hay huellas de molinos de aceituna del siglo XVI y todavía aún hoy los olivareros recogen anualmente los frutos para elaborar un aceite de alto nivel. El municipio de Agüimes forma parte de la Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO).
Como puede comprobarse, se reconoce en general el potencial del aceite de oliva que producen las Islas gracias al clima, a lo que se suma la elevada calidad de las variedades isleñas y a la poca agua que se requiere, algo que se intuye como indicio de pujanza del subsector, aunque precise de ese impulso más decisivo.
Dos principios fundamentales. Uno, disponer de un fruto de calidad -de ahí la importancia de contar con una plantación de olivar propia- y realizar un proceso de extracción respetuoso. Hay muchos factores que inciden en la calidad de la aceituna recolectada, como el grado de aclimatación del olivo al entorno en que se encuentra, la composición del suelo y las condiciones medioambientales.
Otra ventaja digna de tener en cuenta es la gran adaptabilidad de los árboles a determinadas condiciones ambientales, así como su alto valor agronómico, etnográfico y paisajístico que lo convierten en cultivo de futuro (si así se decide).
Su adecuación a determinadas condiciones ambientales, así como su alto valor agronómico, etnográfico y paisajístico hacen que sea un cultivo de futuro. En cualquier caso, se ha experimentado un mejora de las prácticas agronómicas del cultivo, la recuperación del olivar tradicional, la promoción de las nuevas plantaciones y el desarrollo de líneas de comercialización dirigidas a la obtención de un producto de gran calidad.
En 2005 nació en Arico el primer aceite de oliva de Tenerife, donde el ensayo terminó consolidándose en una actividad afianzada por los olivicultores de la zona sureña, mientras que la mencionada producción en La Orotava nace con intención de multiplicar las posibilidades comerciales de un ámbito que exige unión para no caer en la fragmentación.
El prodigio majorero se da en Tenicosquey donde hay un vergel de 350.000 metros cuadrados en la localidad de Gran Tarajal, con centenares de olivos que dan las variedades arbequina, picual, hojiblanca y verdial. El principal aval de la finca Aurora Verde: fue el primer aceite de oliva virgen extra con certificación ecológica de Fuerteventura. No hay pesticidas, no hay química: todo es natural en un producto que llegó a 700 litros en 2012.
La finca que se sitúa en San Bartolomé (El Durazno, La Orotava) ocupa una superficie de 50.000 metros cuadrados. En esa superficie se distribuyen 1.350 árboles dedicados al cultivo de la aceituna de la variedad arbequina, de la que se obtiene más de 9.800 kilos que se traducen al final en 1.000 litros de aceite.
Se trata de una iniciativa empresarial muy seria que se fundamenta en la selección rigurosa de los frutos en su punto óptimo de maduración. El buen hacer ha sido reconocido por la empresa especializada CM Europa SL, de Jaén, que certificó las excelentes características fisicoquímicas y organolépticas del aceite tinerfeño.
MANO DE SANTO. El aceite de oliva virgen extra está considerado una de las mejores grasas vegetales de las que puede y debe disfrutar nuestro organismo. Podría ser definido como la joya de la corona de la dieta mediterránea, pues contiene antioxidantes y vitaminas en una gran proporción, carotenos y polifenoles, cuya concentración varía en base al grado de madurez de la aceituna y a la forma en cómo es elaborado el aceite.
Según estudios recientes, esta fuente de antioxidantes previene del envejecimiento prematuro, potencia el colesterol bueno, revierte el síndrome metabólico y es también un estratégico aliado contra el cáncer de mama.
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