CON CÚRCUMA

Francisco Belín González, este soy yo. Quizá tuviera que ver aquel hecho de la adolescencia, cuando en la lonja de Marín (Pontevedra) asistiera con los primos mayores a la puja de madrugada que culminó en la adquisición de seis kilos de cigalas, además de la correspondiente panzada a modo de desayuno de los ricos crustáceos con cuncos rebosantes de ribeiro; quizá pudieron ser las incursiones a guachinches perdidos con sus seducciones de culinaria antropológica… A lo mejor, las ojeadas a los libros de Álvaro Cunqueiro o a las suculentas crónicas de Caius Apicius.

 

Lo de periodista, escritor y gastrónomo periodista (“activista gastronómico” podría ser) vendría después; del transcurso de la carrera de Ciencias de la Información en la Universidad Complutense madrileña salieron aquellos cuadernos, manuscritos de catas de cervezas del mundo, los vinos, los platos regionales e internacionales,… que se perdieron después de tanta mudanza. Luego, los escarceos con trabajos periodísticos de las temáticas para agencias de publicidad.

 

Se da la circunstancia de que llegó la gran  oportunidad: la doble página semanal en el suplemento Evasión de El Día y, desde octubre de 2006 hasta el mismo mes de 2013 (siete años consecutivos) la aventura insólita: la página de periodicidad diaria de dicho rotativo, modalidad inexistente y única en todo el panorama nacional tratándose de prensa generalista.

 

¿De resto? Trabajo serio, de continuidad, de atención a las raíces, a la vanguardia, a la divulgación, la curiosidad; manteniendo la tensión informativa en variados medios con los actores punteros (sala, cocina, vititultura,…); con los talentos ambiciosos por emerger… Con todos y todo lo que tenga que ver con este mundo apasionante que ahora despunta en la sociedad pero que siempre ha estado ahí. El currículum vitae de Francisco Belín es, por tanto, el menudillo a este fumet concentrado de honestidad y a fuego lento, finalmente, emplatar con veracidad la comunicación gastronómica.