Malvasía en su máximo esplendor
- belingastro
- 19 mar 2016
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La Bodega Rubicón se asienta en una antigua casona de La Geria, solemne, delineando el cielo y la tierra conejera con sus volumetrías exactas de huecos y vanos espaciados con sabiduría.
En su momento, la firma de Lanzarote emprendía andadura junto a Bodegas Miguel Torres, emblema vitivinícola internacional siempre sinónimo de seriedad y cuidado meticuloso en todos los aspectos concernientes al vino. La cadencia de este trancurrir con la impronta de la Casa catalana ha fluido hacia una evolución en la calidad de los caldos, sin que con ello se perdiera un ápice de las características definitorias del Rubicón Seco y Semidulce, y del Amalia, insignias entre los blancos de Lanzarote.
En contra de la tendencia de sacar el vino joven lo antes posible, nuestra decisión es que Rubicón Seco se saca en enero, tal y como defendían antaño los viticultores”, defiende González.
Cuerpo, frescura, equilibrio y precioso rastro de la lágrima de glicerol; intenso en nariz y largo en boca, con estructura persistente; los tonos a frutas tropicales (piña. maracuyá,…) integrados sutilmente y afinados en una acidez justa gracias al “malabarismo” de la fruta recibida de los mencionados tres terruños de la Isla volcánica.
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Tener en cuenta, también para el excelente Rubicón Semidulce, serio como su hermano para el acompañamiento en gastronomía y que regala su “zumo de moscatel” sin estridencias en la percepción de los azúcares.
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