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MARCOS TAVÍO, nikkei con "Q"


Recaló en Tenerife después de una potente experiencia personal y profesional en Brasil. Pensaba proseguir su andadura fuera pero su tierra, donde ahora sí es “profeta”, le retuvo.

Marcos Tavío se encuentra en un instante formidable de madurez. Se divierte con SU COCINA y advierte: “No para que digan ¡vaya creador! sino para que guste mucho al comensal lo que le propongo”. "Como un DJ, si no tienes gusto gastronómico no llenas la pista", asevera.

-¿Qué palabras claves usaría (símil también con su filosofía gastronómica) si hubiera que buscarle en internet? -Japonés, nikkei, Perú, Brasil; a cada una le antecede COCINA, en mayúsculas.

-¿Qué introdujo usted que le desmarcara de otras ofertas orientales? -Cuando regresé de Brasil me di cuenta de que entre una cocina japonesa ya desenvuelta (Kazan, Maguro,…) y la oriental (como la china) había un vacío. Faltaba algo. Me propuse “democratizar” esa realidad con un planteamiento de calidad, pero no excesivamente caro.

-¿El concepto nikkei? -Yo profundizaría en ello. Mi objetivo inicial, que se fue diversificando por exigencias de negocio que salían al paso, era lanzarme a un estilo fresco de cocina “japonesa-latinizada”, que establecieron como punto de partida los Sushing Gourmet de mi creación. He retornado al punto de partida, aunque hoy con hechuras más depuradas.

-¿Explique esto con más detalle? -Nikkei no es solo un término estricto de fusión japonesa-peruana, por ejemplo; es una forma de interpretar tu país, tu tierra, versionando texturas y utilizando técnicas al modo oriental. Algo así como que, al dominar el corte japonés, lo presentas con el matiz de la salsita de la abuela,…

-Su buque insignia es el Niqqei. ¿Porqué la “q”?-Teniendo en cuenta lo que expliqué anteriormente, niqqei es lo mismo pero extrapolado a mi cocina propia, a mi expresión particular y experiencia. Ahora estoy continuamente redescubriéndome en la cocina, investigando, por ejemplo, en los orígenes de los caldos nipones. Me estoy divirtiendo y eso vaya si lo nota el comensal. En definitiva, busco la calidad y la audacia culinarias y estoy sumergido de lleno en ese objetivo, cuando antes quizá estaba muy presente la parte empresarial.

-¿Cuál es la fórmula mágica de ese estado de gracia que está viviendo? -Llega con la madurez, con una visión amplia, más reflexiva y natural de afrontar el acontecer diario. No estoy obsesionado con crear, no pretendo ser un creador “desaforado”: mi única pretensión es la de ser un artesano y que el cliente así lo capte.

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